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"Tecnología halla" acueductos en Ciénega de Flores y Zuazua

Descubrimiento. Documentos del siglo XIX llevaron a especialistas a rastrear en archivos, internet y buscadores satelitales las mencionadas estructuras, ambas ubicadas sobre las márgenes del río Salinas.

Tres perros pequeños salen de una vivienda abandonada en la colonia Real San Pedro, de Zuazua, a ladrarle a los curiosos.

 A espaldas de la "mini casita", ubicada en la calle Leija, es posible apreciar una estructura que simula un muro de contención, parcialmente cubierta con concreto.

No se trata la barda perimetral del fraccionamiento sino de un acueducto con más de 200 años de antigüedad, cercano a la Hacienda San Pedro de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y que colinda con el río Salinas.

Pero ésta no es la única estructura, pues en la margen norte del río, en terrenos de Ciénega de Flores, se encuentra otro acueducto con un estilo arquitectónico distinto y del cual tampoco se tienen datos claros sobre su construcción.

Esto ha llamado la atención de Juan Ramón Garza Guajardo y Félix Torres Gómez, investigadores del Centro de Información de Historia Regional Celso Garza Guajardo, que junto con Edmundo Derbez y Dinorah Zapata, esta última directora del Centro, preparan un libro sobre la Hacienda San Pedro.

Su descubrimiento también ha llamado la atención de Rafael Ríos Cázares, cronista de Ciénega de Flores, quien busca dotar de protección patrimonial al acueducto por parte del municipio.

Su descubrimiento

La primera pista la ofreció un documento con fecha de 1827, un litigio por el control de aguas del ahora río Salinas, el cual fue analizado por el equipo de investigadores donde se detalla la existencia de una canoa, o canal de aguas.

Sin embargo, no se pensaba que dicha construcción sobreviviera al paso del tiempo. Fue gracias a Google Maps que Félix Torres Gómez encontró una estructura en línea recta, a espaldas del fraccionamiento, la cual despertó su curiosidad.

"Se me hizo extraño ver la estructura, pensé que era un muro, aunque se ve más ancho comparado al que delimita el fraccionamiento. Fui a buscarlo y ahí estaba, a espaldas de una casa", recuerda Torres Gómez.

La construcción se levanta hasta en 8 metros y se contempla una extensión aproximada de 100 metros. A diferencia de otros acueductos, no cuenta con arcos y su estructura principal es de piedra caliza.

Está dividido a la mitad por el paso de una brecha, mientras que culmina al sur con la barda perimetral de la colonia. Se estima que la obra se extendía sobre los terrenos que hoy ocupan las viviendas, siendo demolida por los constructores.

En la margen norte del río Salinas se encontró otra construcción, en terrenos conocidos como Labores de Ciénega. En una primera visita se pensó era una extensión del mismo acueducto, pero éste cuenta con un arco y los materiales de construcción son distintos.

"Hace dos años, caminando por el arroyo, me encontré con la estructura, que pensé era un puente para pasar. Después me acerco a la Hacienda San Pedro y me dicen que descubrieron un acueducto, así lo relacionamos", explica Rafael Ríos Cázares.

A decir del cronista de Ciénega de Flores en la zona existían acequias que regaban los campos agrícolas, en terrenos que pertenecieron a Gonzalo de Treviño, hacia el siglo XIX.

En ambos casos, no se tiene un registro de protección y tampoco están documentados como patrimonio por el Centro INAH Nuevo León en su Catálogo de Monumentos.

Sin registro

El Valle del Carrizal, nombre con el que se conocía a la región entre Ciénega de Flores y Zuazua, fue un importante centro agrícola donde se establecieron las haciendas de San Antonio, Nuestra Señora de la Soledad (hoy San Pedro) y San Martin del Carrizal.

Un litigio por el control de aguas, fechado en 1827, dio la pista sobre la construcción de un acueducto para el riego de las acequias, aunque hasta ahora no se tenía evidencia física de la obra.

"Desde que iniciamos la investigación encontramos algunos documentos que hablan de un acueducto que no conocíamos ", apunta Juan Ramón Garza Guajardo.

Esta no es la primera vez que se da un hallazgo así. En 2014 se documentó la existencia de un acueducto en Linares, con más de 200 metros de extensión y sobre el cual no se tenía registro.

Obras similares en Nuevo León se ubicaban en las fábricas de textiles La Fama, en Santa Catarina (1856), y El Porvenir, en El Cercado (1872), aunque prácticamente están destruidas.

"Va ser importante difundir que existen ambas construcciones. Creo que tendremos que buscar a las autoridades, ya sea del INAH o los municipios, para ver cómo se pueden proteger", agrega Torres Gómez en entrevista .

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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